Por supuesto, la peculiar idiosincrasia del lugar hace que no existan líneas de metro ni, por supuesto, autobuses. En este caso, estos servicios se ven sustituidos por los famosos vaporettos, amplias barcazas a motor que unen diversos puntos de la ciudad mediante varias líneas. La línea más frecuentada por los viajeros y turistas es la nº 1, que une la piazzale Roma con la Piazza San Marcos, haciendo varias paradas por el camino; sin embargo, hay muchas más líneas mediante las que se pueden descubrir otros puntos menos conocidos, pero también muy interesantes, de la ciudad.
Los vaporettos pertenecen a la empresa pública ACTV (http://www.actv.it/), que también dispone de autobuses terrestres en la Isla de Lido. Los billetes son de varios tipos, dependiendo de nuestras necesidades: el más básico sirve para viajar durante 60 minutos y permite llevar 150 kg de equipaje, pero sólo es para trayectos de ida (por ejemplo, para ir desde el aeropuerto hasta la ciudad). Para moverse después por Venecia hay otras opciones: los pases para turistas o Travel Cards, con modalidades que van desde el billete para 12 horas hasta el de 72 horas (¡ojo! Estos billetes no sirven para transportes de Alilaguna, Clodia, Fusinia ni Línea 3), la tarjeta de 3 días para jóvenes entre 14 y 29 años y las dos tarjetas que incluyen, además de transporte, descuentos y acceso a otros servicios: Venice Card y Cartavenezia (sólo adecuada para quienes vayan a pasar estancias de varios meses o más en la ciudad). Todas estas tarjetas y bonos se pueden adquirir en los mostradores de Hellovenezia, y hay información sobre tarifas y horarios en su página web: http://www.hellovenezia.com/jsp/es/transports/index.jsp
¿Y las góndolas? Pues sobre este tema hay bastante de que hablar. Parece que no hay un viaje a Venecia que se precie sin el consabido trayecto por el Gran Canal a bordo de una estilizada góndola, con un gondolero con camiseta de rayas cantando un ária mientras contemplamos la puesta de sol… Como muchos otros tópicos de los viajes, esta no deja de ser una imagen idealizada. Los trayectos en góndola salen muy caros; un recorrido básico de 20 minutos por el Gran Canal puede costar más de 90 €, y ya podemos ir olvidándonos de que el gondolero nos cante un aria, ni de que nos dé conversación; de hecho, los propios venecianos sienten en muchas ocasiones que este gremio da una mala imagen de las gentes de la ciudad. Actualmente funcionan unas 400 góndolas en Venecia, y sus paradas principales están en San Marcos y Rialto.